jueves, 28 de abril de 2011

Introducción a los deportes extremos

En los últimos años, los ‘deportes extremos’ se han puesto de moda. El término surgió en épocas recientes y parece que ha ingresado a nuestro vocabulario para quedarse. Sin embargo, algunos amantes de la actividad física que la realizan desde siempre se preguntan en qué difieren estos nuevos deportes de los que ellos acostumbran practicar.

Por empezar, hemos de destacar que su confusión podría provenir del hecho de que se trata de disciplinas y actividades ya existentes pero que implican ciertos factores agregados que las vuelven extremas. Estos factores podrían ser ciertas situaciones particulares que hicieran difícil su práctica y ciertas condiciones particulares de peligro. Por ejemplo, escalar una pared vertical al nivel del suelo es completamente diferente a hacerlo en la montaña a cientos de metros de altura. Este segundo caso es un caso de deporte extremo.

Los organizadores de estas actividades o ‘deportes extremos’ han puesto el énfasis en estas condiciones especiales de los deportes con el fin de captar la atención de quienes aman la aventura, la velocidad y los desafíos. Así, la espeleología, el buceo, la motonáutica, el vuelo en parapente, el salto en bungee y el paracaidismo son algunos de los deportes que entran dentro de esta categoría especial. 

Además, las características propias de los deportes extremos atraen a personas con cierto perfil expresamente definido: se trata de personas que aman las actividades creativas y poco convencionales, que buscan su satisfación y placer personal con frecuencia, que aman los desafíos y sienten una necesidad de realización personal constante, personas que aman sentir libertad física, mental y emocional.

No cabe duda de que los deportes extremos satisfacen las necesidades de este tipo de personas ya que, en línea general, no requieren horarios específicos, no imponen normas fijas, es posible variar la intensidad y el ritmo de las prácticas, permiten disfrutar de la emoción del riesgo y la aventura y liberarse del estrés familiar y laboral por medio de la superación de nuevos retos, y sentir que están haciendo algo para ampliar sus horizontes y reafirmar su personalidad. 

Según los médicos y los profesionales de la psicología, no es casual que estas personas disfruten de su pasión por las emociones fuertes y el peligro: una predisposición natural en relación con la cantidad de adrenalina que segregan sus glándulas y de algunos neurotransmisores, así como su propia manera de procersarlos, causarían a estos sujetos cierta inclinación hacia la audacia y el comportamiento temerario.

Si se los practica tomando las precauciones necesarias poueden aportar intensas emociones y colmar el espíritu de un deportista de los desafíos que necesita.